La magnífica tramuntana, la inmensa roca que bordea un costado de la isla de Mallorca, guarda secretos, misterios, deslumbra y provoca; pero sobre todo invita… Cautivante y grandiosa; inevitable cita de los visitantes; fotografía imperdible hasta para la más desinteresada mirada, caprichosamente recortada sobre el fondo turquesa del mar; escenario perfecto para quienes sienten la energía y la fuerza de la naturaleza, para quienes se abandonan a su ritmo y confían en su implacable poder. Valldemosa un encanto en la montaña.
Los pueblos de Mallorca, la custodian y contemplan, desde cerca o desde lejos, referente organizador para la vista…otros, emergen de entre sus piedras, alto muy alto mirando el mar.
El pueblo de Valldemosa brota como la hiedra de entre la roca, y como ella danza su armoniosa melodía, se asoma tímido, seguro, se fortalece y perdura en su inquietante belleza. En sus calles, angostas, empinadas, empedradas también; florecen los balcones con cuidado exquisito; entre antiguos faroles y barriles, y la piedra, enmarcando inmensas puertas y ventanas de una vieja
madera que habla, de un pasado también entre piedra.
Elegido por las almas más sensibles, y los espíritus más inquietos; , como Chopin, Unamuno, Borges y Rubén Darío que, encontraron amparo en la famosa cartuja de Valldemosa, antigua residencia real; y en el pueblo inspiración y refugio
Atractiva, por demás para turistas, presenta en su oferta comercial, también una porción de su encanto, en el marco de su armoniosa arquitectura se despliegan caprichosas las tiendas y bares de Valldemosa, deliciosa oportunidad para los gustos y el buen gusto.
Bella muy alto, descansa Valldemosa; madera, piedra y vegetación, mezcla imperdible de naturaleza y cultura, equilibrio de pueblo, montaña mar y sol…
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