Con el fin de colaborar con el medio ambiente varias empresas aéreas y agencias de viajes francesas iniciaron un programa de “compensaciones” por la contaminación de CO2. El problema está en que los turistas parecen no muy felices de tener que colaborar.
La idea a primera vista parece simple: para contrarrestar la cantidad de dióxido de carbono eliminado durante el viaje, los turistas son inducidos a pagar un suplemento destinado a financiar proyectos de luchas contra el efecto invernadero, energía rentable, etc.…
Por ejemplo, para un vuelo Paris-New York se deberá pagar entre 15 y 75 euros.
Ya la principal agencia de viaje francesa Voyageurs du Monde acepto en reconocer que la campaña había sido simplemente un fracaso ya que solo el 1% de sus clientes accedieron a pagar este costo.
En teoría, según encuestas realizadas recientemente el 65 % de los turistas franceses parecían estar de acuerdo en pagar para este fin, pero en la realidad los que realmente pagan son muy pocos.
Una empresa de ferrocarriles declaró que solo 3.000 de sus 5.5 millones de pasajeros aceptaron colaborar.
Un fracaso total!!