Cuzco o Cosco, el “ombligo del mundo”, contiene un sin fin de maravillas, muchas de ellas provienen de los tiempos antiguos, cuando la poderosa dinastía incaica gobernaba las tierras de Perú y gran parte de Sudamérica. Uno de estos palacios, aunque perdido en gran parte ya, es el que era conocido como “Templo del Sol” o Inticancha.
Este fastuoso palacio llamado también Koricancha o adoratorio del Sol (templo del sol como también se conocía) se hallaba antiguamente en el sitio ocupado hoy por el templo y convento de Santo Domingo erigido por los conquistadores españoles.
El Sol era la deidad que como se sabe, era la máxima divinidad de los antiguos peruanos del Imperio Incaico y en dicho templo estaba representado por un gran disco de oro que, según cuentan las crónicas, le correspondió como botín de conquista al español Mancio Sierra de Leguizamo, personaje que al final lo perdió la misma noche en un juego de azar.