San Isidro se encuentra justo en donde la famosa Avenida Libertador se convierte en una calle angosta y su asfalto se convierte en viejos adoquines. Sus veredas a veces desparejas y su iluminación antigua hacen de este lugar un sitio que vale la pena visitar. Quien viva en Buenos Aires seguramente ha caminado por la zona, y para los que aún no han tenido la posibilidad, les brindamos un pantallazo de lo que este magnífico lugar nos ofrece.