La capital de la Republica Checa es uno de los lugares más fascinantes para visitar y ni hablar cuando vemos nieve en sus calles.Los días son más cortos, el frío aprieta, los comercios cierran más temprano, pero nada nos impedida disfrutar de unas ricas sopas (polevka), carnes asadas, salchichas y cervezas, todos platos típicos de la ciudad.
Desde la Ciudad Vieja (a la orilla del río Moldava) hasta las Colinas del Castillo Real es un recorrido en donde el barroco se respira a cada paso mezclándose con una marcada etapa renacentista, un cubismo y un aspecto gótico, todos los estilos mezclados en sus iglesias, museos y calles con un misterio único.
Stare Mesto (Ciudad Vieja) es el lugar más antiguo de la ciudad, fue en donde se alojo el asentamiento original de Praga, durante el siglo XIV y de la mano de Carlos IV se creo la Ciudad Nueva y junto con el ella el reloj astronómico.
Del otro lado del río Moldava se encuentra Malá Strana (Ciudad Pequeña). La Ciudad Vieja y la Ciudad Pequeña se encuentran unidas por el conocido Puente Carlos IV.
Es normal encontrarse con una Ciudad Vieja repleta de viajeros, malabaristas y músicos que no son frenados por el frío que reina durante el invierno.
No podemos dejar de habar del magnifico reloj astronómico que no solo es el encargado de darnos la hora sino que cada 60 minutos nos brinda un espectáculo especial.
El reloj astronómico está ubicado en el edificio del Ayuntamiento, construido en el siglo XIV, se trata de un mecanismo con un desfile de figuras que representan a los apóstoles y otras figuras que representan las virtudes y los vicios que tenemos los humanos.
En el momento de dar las campanadas que nos avisan la llegada de una nueva hora se puede ver un gallo mecánico que canta agitando sus alas.
La Ciudad Vieja cuenta con una plaza en la que a sus alrededores se pueden observar una serie de edificios importantes para la historia de la ciudad, uno de ellos es el Palacio Goltz-Kinsk de marcado estilo rococó. Por su parte Nuestra Señora de Tyn muestra su estilo gótico en la que se ven sus dos campanarios gemelos que alcanzan los 80 metros de altura y las torrecillas en cada una de sus esquinas.
En las cercanías de la plaza se encuentra callecitas estrechas, entre ellas Karlova que por mucho tiempo era la calle más importante de la Ciudad Vieja. Cuando Karlova se cruza con Husova esta El Tigre Dorado en donde es inevitable detenerse a tomar una cerveza “Pilsner Urquell” acompañada de algún bocadillo. Desde esta zona se puede apreciar el Puente de Carlos y el Castillo.
Cuando finaliza el Puente de Carlos a través de Mostecka llegamos al Barrio Pequeño en donde los buenos restaurantes nos darán la bienvenida con sus platos tan típicos.
No te pierdas caminare por sus calles disfrutando de cada lugar, las calles Nerudiva Ulice que nos lleva hacia el Castillo es uno de los lugares más increíbles de Malá Strada.
Otros lugares imperdibles de Praga:
Teatro Laterna Magica
Sus carnavales, que están inspirados en los carnavales de Venecia.
Palacio Clam-Gallas en donde se puede visitar el taller de los disfraces.
En Praga hay alojamientos para todos los gustos y presupuestos.
Para obtener más datos sobre Praga podes ingresar a la página oficial de la Oficina de Turismo de la Republica Checa o a Czech Tourism
Imagen de Praga
Me han hablado maravillas de Praga. Es uno de los sitios que más ganas tengo de visitar.
Viendo la fotografía te das cuenta de lo preciosa que debe ser esta ciudad.
Creo que las ciudades a las que le cruza un río, tienen un encanto especial