Si pensamos en Río de Janeiro pensamos indudablemente en el Corcovado y el cristo Redentor que dan la bienvenida a la concurrida ciudad brasilera. Vayas a donde vayas en Río de Janeiro y sea de día o de noche verás al cristo abrazando la ciudad. Por eso es uno de los paseos más comunes y fascinantes si visitas Río.
Pero como en Brasil todo es naturaleza no vas a tener que esperar para llegar al Santo ya que todo el paseo es una aventura natural. Podrás acceder al mismo entre las 08:00 y 18:00 hs. y la entrada al lugar cuesta S$U 8 por persona si eliges por el paseo en el tren o S$U 4 si prefieres subir el morro caminando o en auto.
Pero recomendamos subirlo en el tren, puesto que se encuentra perfectamente ambientado y te dará un tour por el frondoso monte antes de llegar a la cumbre del morro a la cual accedes por unas escaleras. El Corcovado es un morro muy empinado de 710 metros de altura y en la cima del mismo nos encontramos con el Santo Redentor que abraza a la ciudad con sus brazos extendidos, Dicha escultura tiene 30 metros de altura y a su vez se encuentra subida a un pedestal de 8 metros. Lo vemos allí desde el año 1931,con motivo del centenario de la Independencia de Brasil. Hoy por hoy es una de las 7 maravillas del mundo moderno.
El tranvía de cremallera que sube la montaña del Corcovado es también sin lugar a dudas parte del ambiente. El Ferrocarril del Corcovado fue el primer sistema ferroviario electrificado de Brasil. Con 114 años de vida es aún más antiguo que el propio Cristo. Con 114 años, es más antiguo que el monumento del Cristo Redentor. En sus comienzos se utilizó como medio de transportación de las piezas de la gran estatua. Actualmente las estaciones del mismo están muy bien cuidadas.
La Floresta de Tijuca divide la zona norte y sur de la ciudad por eso es uno de los paseos más lindos y panorámicos ya que puedes ver todos la ciudad y las hermosas playas de Río como ser Copacabana, Ipanema y Leblón, entre otras.
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El paseo es espectacular, muy recomendable.