Los mercados de Mallorca, se extienden a lo largo y ancho de la isla, alternando sus días de exposición y venta, de un pueblo a otro. Constituyen una variadísima oferta, de bijouterie, ropas, regalos, comida y curiosidades de todo tipo.
Oportunidad imperdible para revolver entre lo usado en unos, o para elegir lo más exclusivo en otros; desde útiles y sencillos artículos para el hogar, hasta las más originales artesanías; desde lo más típicamente mallorquín, hasta los artilugios importados más destacados. Cada mercado tiene su peculiaridad, pero todos reflejan una vasta realidad multicultural, resultado de la gran inmigración, variopinto crisol de razas y nacionalidades.
De entre los mercados de Mallorca, se distingue el mercado de Santanyí, el cautivante pueblo, ubicado al sur de la isla, que goza del privilegio de la naturaleza, con su cala de mar turquesa, y un cuidadoso diseño urbano, tan agradable como armonioso, complemento de mar y piedra, pasado y presente.
Cada miércoles y sábado del año, a la mañana, bajo el generoso sol, Santanyí, se viste de colores, frutas, flores; sus calles, su plaza, se colman de visitantes, curiosos y viajantes; prisas, risas, café y caña.
El frondoso mercado, se cuela abundante, por sus rincones; exuberante y ruidoso, completa el paisaje del mágico pueblo en todo su encanto; y se llenan las mesas de bares entre mercado capricho obligado para los encuentros.
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